31 de marzo de 2009

Más de 50 comunidades participaron en el campeonato interetnias en Pucallpa


La Copa EBI tuvo su versión 2009 una vez más en Pucallpa, durante el mes de marzo. Más de 50 comunidades llegaron hasta esta ciudad ubicada en la amazonía peruana para disputar el Campeonato de fútbol Interetnias. Adolescentes y adultos, juntos, defendieron los colores de sus camisetas y el prestigio de sus pueblos, pero sobre todo festejaron su unidad.

Hace 18 años que el distrito de Yarinacocha en Pucallpa es la sede del campeonato de futbol “Interetnias del Perú” Shipibos, Conibos, Ashaneinkas y Yines de más de 50 comunidades de toda la selva del Perú se juntan para ver quien es el campeón.

“Esto ya es una tradición en la nación indígena, todos vienen con la idea de ganar y llevarse a sus comunidades la copa” “Este año los equipos están bien preparados para el campeonato ojalá que mi equipo no pierda”

Y si bien es cierto que la mayoría de los jugadores son adultos, algunos adolescentes juegan también para defender la camiseta de su comunidad y lo hacen muy bien. Como Freddy de la comunidad Yine de Paoyhan que a sus 16 años es una de las principales figuras de su equipo.

(Freddy) Nosotros venimos a divertirnos y hermanarnos pero también con una mentalidad ganadora, para así triunfar y ser el orgullo de nuestros pueblos

O como Robert, de 17 años, declarado el mejor arquero de todo el campeonato, y que defendió la valla de Cantagallo, una comunidad shipiba establecida en Lima, y que regreso a su tierra ancestral para competir por la Copa EBI 2008.

"El viaje de lima a Pucallpa fue agotador, pero desde que empezó nosotros estuvimos con la mentalidad de campeonar", dijo Robert.

Pero no solo se juega al fútbol, este campeonato también sirve para que los familiares y amigos que no se ven hace mucho se reencuentren y para que las comunidades indígenas se unan cada vez más.

Y como muchos adolescentes vienen a ver el campeonato y a apoyar a sus equipos, las organizaciones de jóvenes indígenas aprovechan la oportunidad para darles charlas sobre SIDA y los métodos de protección sexual. Después de todo los problemas de salud entre los indígenas son graves y los concejos nunca están demás.

Este año, después de muchos partidos, llegaron a la final dos grandes equipos. San Francisco de Yarinacocha, con 4 campeonatos en su haber y con la barra mas numerosa y musical del Internetnias, y el equipo de la comunidad shipiba de Lima Cantagallo.

La final fue muy reñida, en el primer tiempo los equipos atacaron mucho, un gol les fue anulado a Cantagallo por supuesta posición adelantada. Se fueron al descanso empatados. En el segundo tiempo Cantagallo atacó más que su rival y anotó el gol del triunfo. Al final la copa y la gloria se la llevó este equipo que demostró a lo largo del campeonato que si cruzo la cordillera fue para ganar.

“Que también los indígenas podemos, que ellos también convoquen uno de los indígenas que participe en uno de los seleccionados de Perú, para que podamos siquiera llegar al mundial", dijo uno de los jugadores de Cantagallo.

Y es que el centralismo los ha dejado de lado mucho tiempo, pero con el talento que sobra y eventos como este que festejan la unidad y la fortaleza, nuestros hermanos amazónicos seguirán anotando mas goles, en la cancha, y también en la defensa de su medio ambiente y sus culturas milenarias.

http://napa.com.pe/2009/03/13/reportaje-napa-94-campeonato-futbol-interetnias-pucallp

En Ecuador se proclamó el bicampeón mundial indígena

El pasado 27 de febero, el miércoles de ceniza y el feriado de carnaval había terminado en todo Ecuador, sin embargo, en los graderíos del estadio de Peguche, las espumas y las serpentinas seguían dando un colorido especial al cierre de las fiestas del Pawkar Raymi (florecimiento).

Los hinchas del equipo Family eran los más felices. Después de triunfar 4-1
ante Imbayas de Ibarra, el equipo de Otavalo (en la provinca de Imbabura) se proclamó bicampeón del Mundial de Fútbol Indígena. El organizador del club, Jaime
Yacelga, había cumplido la meta que se trazó antes de venir desde Estados Unidos, donde es profesor. Por tal razón, apenas terminó el compromiso se lanzó al césped y se puso a llorar.

En el resto de la cancha sus pupilos se abrazaban y saltaban, no sabían cómo festejar. Tras ir perdiendo 0-1 al cierre del primer tiempo, reaccionaron en la etapa complementaria y se alzaron con la victoria.

El delantero Óscar Achilier se sacó la camiseta del equipo para mostrar la leyenda que estaba en una camiseta negra “Pertenezco a Jesús, mi señor”, rezaba en su vestimenta.

Los cerca de cincuenta hinchas quisieron abrazar a sus héroes y prácticamente invadieron la cancha. Uno de ellos, sin esperar el acto protocolario de la entrega del trofeo, que era la réplica de la Copa del Mundo, lo tomó de la mesa directiva y se lo dio a los jugadores para darse la vuelta olímpica.

Nadie se molestó por aquel acto. Más bien todos se rieron y empezaron a aplaudir mientras los jugadores, hinchas y directivos dieron la vuelta olímpica.

Llegaba la noche en Peguche y los jugadores no dejaban de festejar con el trofeo. Yacelga ya tenía preparado el lugar donde lo va a conservar. Estará en su casa de Otavalo, junto a la conseguida el año anterior.


http://www.expreso.ec/ediciones/2009/02/27/deportes/family-bicampeon-mundial-indigena/Default.asp

El fútbol indígena en Venezuela


Los domingos durante todo el día en la Universidad Indígena de
Venezuela en el caño Tauca del estado Bolívar, a unos 200 kilómetros
al oeste de Ciudad Bolívar, casi todos los estudiantes -poco más de
ochenta hasta el momento- utilizan un gigante estanque de arena, que
en otro momento fue concebido para la piscicultura y ahora es una
cancha de arena llamada "la Cachamoto", contigua a la cancha está otro estanque con más de 70 mil alevines de peces.

Es el día de descanso y el fútbol se convierte en celebración y motivo
de visita de los indígenas yekuanas que viven en la población de
Maripa, a unos 25 kilómetros al oeste, en el paso del río Caura, el
segundo en importancia en Venezuela después del Orinoco. Cada domingo
un campeonato relámpago hace que hasta el momento nueve etnias
indígenas que viven en Venezuela sigan fortaleciendo sus lazos
culturales. El premio, es un refrescante baño en el caño Tauca; sereno
y cristalino.

Desde hace casi diez años, el hermano jesuita José María Korta, quien
ha vivido por más de 30 años con grupos indígenas, pensó en la
organización de una universidad para indígenas, desde la cosmovisión y
la dinámica de estos pueblos ancestrales que ven cómo cada día pierden
espacio en todos los sentidos.

Hace cuatro años tuve la posibilidad de compartir por cuatro meses en
el Tauca (como le decimos al lugar), en aquel momento eran casi
treinta estudiantes de cuatro etnias con varios voluntarios criollos
que acompañaban el proyecto de Universidad. Ahora todo está casi al
triple, lo que da la impresión que está a punto de la "concreción"
como lo diría el crítico literario Román Igarden.

Yekuanas, piaroas, waraos, yaruros, panares, carinñas, kuibas, pemones
y sanemás hacen vida en un gigantesco espacio natural idéntico a sus
lugares de origen: selva, sabanas, ríos, tranquilidad.

Desde lo humano, se siguen sumando aliados que apoyan el indigenismo y
la resistencia indígena, procurando formar jóvenes indígenas con
raíces culturales sólidas y con las mejores herramientas de la
modernidad.

En este momento tres egresados ya forman parte de las
coordinaciones administrativas y organizativas de la Universidad. Será
una Universidad para los indígenas hecha desde los indígenas, donde
las herramientas que se adquieren pasan desde la adquisición del
español como segunda lengua, el conocimiento mitológico de cada
cultura, uso de computadores e internet como herramienta de formación
moderna, trabajo de micro proyectos agrícolas-pecuarios que sirvan de
modelos de autogestión, así como la elaboración de textos bilingües
con carácter didáctico, cultural y de preservación de la memoria
ancestral.

En esta última instancia fue donde (junto con un estudiante
de la Escuela de Letras de la Universidad de los Andes) estuvimos
apoyando el trabajo editorial, donde destacaría la traducción al
yaruro del hermoso poema "Los yaruros" de Ernesto Cardenal, poema que
se incluye en el célebre libro "Homenaje a los indios americanos".

La maqueta del proyecto consta de una churuata central rodeada de doce
pequeñas edificaciones hechas pensando en las condiciones climáticas,
es decir, con paredes pequeñas para que entre la luz y el aire y donde
los indígenas puedan sentirse cómodos (nunca se ha puesto pensar que
las edificaciones educativas se parecen más a un cárcel que a un lugar
del Saber).

Hasta el momento ya está construido el primer edificio, es poco pero
ya es mucho. Sin embargo, siguen utilizando las primeras
instalaciones, todas tienen luz y agua. La educación es una de las
formas de la liberación del hombre, la conciencia crítica se produce
desde el pensamiento universitario, la resistencia indígena merece un
reconocimiento mayor, los pueblos originarios viven en esa Venezuela
profunda que la mayoría no conoce. La Universidad Indígena de
Venezuela es una posibilidad. Veremos qué pasa.


(Escrito por José Alexander Bustamante-Molina)
alexanderbustamante@ula.ve
http://diariodelosandes.com/content/view/73520/105694/