31 de marzo de 2009

El fútbol indígena en Venezuela


Los domingos durante todo el día en la Universidad Indígena de
Venezuela en el caño Tauca del estado Bolívar, a unos 200 kilómetros
al oeste de Ciudad Bolívar, casi todos los estudiantes -poco más de
ochenta hasta el momento- utilizan un gigante estanque de arena, que
en otro momento fue concebido para la piscicultura y ahora es una
cancha de arena llamada "la Cachamoto", contigua a la cancha está otro estanque con más de 70 mil alevines de peces.

Es el día de descanso y el fútbol se convierte en celebración y motivo
de visita de los indígenas yekuanas que viven en la población de
Maripa, a unos 25 kilómetros al oeste, en el paso del río Caura, el
segundo en importancia en Venezuela después del Orinoco. Cada domingo
un campeonato relámpago hace que hasta el momento nueve etnias
indígenas que viven en Venezuela sigan fortaleciendo sus lazos
culturales. El premio, es un refrescante baño en el caño Tauca; sereno
y cristalino.

Desde hace casi diez años, el hermano jesuita José María Korta, quien
ha vivido por más de 30 años con grupos indígenas, pensó en la
organización de una universidad para indígenas, desde la cosmovisión y
la dinámica de estos pueblos ancestrales que ven cómo cada día pierden
espacio en todos los sentidos.

Hace cuatro años tuve la posibilidad de compartir por cuatro meses en
el Tauca (como le decimos al lugar), en aquel momento eran casi
treinta estudiantes de cuatro etnias con varios voluntarios criollos
que acompañaban el proyecto de Universidad. Ahora todo está casi al
triple, lo que da la impresión que está a punto de la "concreción"
como lo diría el crítico literario Román Igarden.

Yekuanas, piaroas, waraos, yaruros, panares, carinñas, kuibas, pemones
y sanemás hacen vida en un gigantesco espacio natural idéntico a sus
lugares de origen: selva, sabanas, ríos, tranquilidad.

Desde lo humano, se siguen sumando aliados que apoyan el indigenismo y
la resistencia indígena, procurando formar jóvenes indígenas con
raíces culturales sólidas y con las mejores herramientas de la
modernidad.

En este momento tres egresados ya forman parte de las
coordinaciones administrativas y organizativas de la Universidad. Será
una Universidad para los indígenas hecha desde los indígenas, donde
las herramientas que se adquieren pasan desde la adquisición del
español como segunda lengua, el conocimiento mitológico de cada
cultura, uso de computadores e internet como herramienta de formación
moderna, trabajo de micro proyectos agrícolas-pecuarios que sirvan de
modelos de autogestión, así como la elaboración de textos bilingües
con carácter didáctico, cultural y de preservación de la memoria
ancestral.

En esta última instancia fue donde (junto con un estudiante
de la Escuela de Letras de la Universidad de los Andes) estuvimos
apoyando el trabajo editorial, donde destacaría la traducción al
yaruro del hermoso poema "Los yaruros" de Ernesto Cardenal, poema que
se incluye en el célebre libro "Homenaje a los indios americanos".

La maqueta del proyecto consta de una churuata central rodeada de doce
pequeñas edificaciones hechas pensando en las condiciones climáticas,
es decir, con paredes pequeñas para que entre la luz y el aire y donde
los indígenas puedan sentirse cómodos (nunca se ha puesto pensar que
las edificaciones educativas se parecen más a un cárcel que a un lugar
del Saber).

Hasta el momento ya está construido el primer edificio, es poco pero
ya es mucho. Sin embargo, siguen utilizando las primeras
instalaciones, todas tienen luz y agua. La educación es una de las
formas de la liberación del hombre, la conciencia crítica se produce
desde el pensamiento universitario, la resistencia indígena merece un
reconocimiento mayor, los pueblos originarios viven en esa Venezuela
profunda que la mayoría no conoce. La Universidad Indígena de
Venezuela es una posibilidad. Veremos qué pasa.


(Escrito por José Alexander Bustamante-Molina)
alexanderbustamante@ula.ve
http://diariodelosandes.com/content/view/73520/105694/